Los bancos han adoptado una política comercial más estricta, manteniendo los intereses por encima del 3% TAE, pero la intensa competencia en el sector y la presión a la baja en los márgenes permiten la posibilidad de negociar condiciones más favorables.
Los bancos están mostrando un interés creciente en las hipotecas variables y las mixtas, principalmente debido al continuo aumento del Euribor, que ahora supera el 4%. Esta tendencia está haciendo que las hipotecas fijas queden prácticamente en un segundo plano. A pesar de que son muy buscadas por los consumidores como una forma de protegerse contra las tasas de interés elevadas, a los bancos no les atrae su contratación ya que resultan menos rentables.
Por eso, las tasas fijas han ido aumentando, y las ofertas más atractivas ya no se sitúan por debajo del 3% TAE. Sin embargo, la competencia feroz por los clientes, especialmente en tiempos de desaceleración en el mercado hipotecario, se convierte en un punto débil para las instituciones financieras. Esto ha llevado a mejoras notables, como la reciente reducción de las tasas de interés por parte del Banco Santander en su hipoteca fija a 30 años, posicionándola como la opción más económica en este momento. Además, la comparación y la negociación desempeñan un papel crucial a la hora de obtener condiciones más favorables.